jueves, 26 de septiembre de 2013
Mi esposa la Periodista que prefiero.
Cuando observaba a alumnos de medicina convertidos en esposos dialogando sobre su profesión y utilizando términos médicos inentendibles, decía en mi mente: Como puede un hombre casarse con una colega de profesión, compartir el matrimonio, los hijos, el hogar y la profesión sería al final o a media jornada, lo más monótono que pudiera imaginar.
A la vuelta de unos años, Dios puso en mi camino a una Periodista, y no precisamente para que me entreviste, sino para convertirse en mi compañera de coberturas, mi camarógrafa predilecta, en mi editora preferida. Juntos redactámos a diario páginas de amor y artículos de cariño. los dos hemos generado un periódico que lleva recién dos portadas, uno publicado hace un poco más de cinco años y otro sacado al público hace casi tres meses.
Ambos ejemplares son fruto de nuestro amor, los dos acapararon la atención de los lectores pues contienen un profundo contenido lleno de orgullo y emoción.
Es mi esposa, la periodista preferida, la que aplica junto a mi, todos los géneros periodísticos, junto a elle hemos redactados los leads más completos que puede haber procreado el periodismo contemporáneo.
Sus entrevistas son más perfectas y entretenidas que las de Ana Pastor y sus bites son más profundos que los de Tania Tinoco. La prefiero más aún cuando arremete con su estilo, desnudando mi fragilidad de ciudadano.
No existe CNN ni BBC que se compare con la empresa de comunicación que hemos formado, y aunque nuestro lenguaje gire en torno al periodismo nuestras almas son más perfectas que un amanecer en primavera.
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